En esta ocasión el lapso que se tenía era mayor a 100 minutos, buscando que no se llegara al aburrimiento e intentar trabajar con un examen basado en dinámicas, de esta manera el trabajo iba ser divertido y quizás influiría en el aprendizaje del niño.
Me sentí un poco mal, el trabajar con él fue muy divertido, la confianza que adquirí de él fue muy amplia, la manera en cómo se dirigía a mí nunca cambio, a pesar de eso podíamos hablar sin problema, el cariño que se dio entre los dos fue muy fuerte, no solo convivimos en las asesorías, con el tiempo la confianza también se dio fuera de. También me sentí satisfecho por todo lo que el aprendió y no solo hablo de matemáticas, muchos valores y otras cosas se aprendieron mediante la convivencia.